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lunes, 13 de julio de 2009

No hay respiración

Ahora vas a volverme a hacer reproches, por que he hecho lo que he hecho y todo eso. Eres de tu época, Jack, demasiado de tu época, y eso es lo peor que puede ser uno, porque se pasa mal si uno sufre por lo que sufren todos, no hay resquicio cuando todo el mundo está de acuerdo y ve lo mismo, y da importancia a las mismas cosas, y las mismas le parecen graves y las mismas insignificantes. En la unanimidad no hay claridad ni hay respiro, no hay ventilación en un lugar común tan compartido. Uno tiene que salirse de eso para vivir mejor, más cómodo. También más de verdad, sin la adherencia del tiempo en el que se ha nacido y en el que se va a morir. Nada oprime tanto, nada nubla como ese sello. / Javier Marías. Tu rostro mañana: 3 Veneno, sombra y adiós.

viernes, 3 de julio de 2009

Común


.............El sentidoCOMÚN es sólo
.............una MODIFICACIÓN del
.......................TALENTO.
....El GENIO es una exaltación de ello.

...LAdiferencia es, pues, de GRADO
...............................y no de NATURALEZA.


...........................................................................................................Edward G. Bulwer-Lytton

jueves, 25 de junio de 2009

Alma

Si no fuera un hecho de experiencia que los valores supremos residen en el Alma, la Psicología no me interesaría en lo mas mínimo, ya que el Alma no sería entonces mas que un miserable vapor. Yo sé, de todas formas, por cientos de experiencias, que no es nada de eso, pero por el contrario contiene los equivalentes de todo lo que ha sido formulado en el Dogma y mucho mas, lo cual es lo que le permite ser un ojo destinado a contener la luz. Esto requiere un rango ilimitado de insondable profundidad de visión. C. G. Jung / El Alma.

Suárez

lunes, 15 de junio de 2009

Lecturas

No voy a repasar la índole de las interpretaciones que se me ocurrió dedicarle en el lento decurso que posibilitó que comenzara -un comienzo que nunca termina- a ser padre de sus hijos y no el quejoso hijo de un padre despótico. Y alguna vez aparecieron lágrimas por el humanizado padre perdido, y alguna vez encontró la instancia paterna. Y lo patológico de un duelo constante, interferido obsesivamente por innúmeras formaciones reactivas, dejó cierta luz para que el padre de familia, esposo de su mujer, tomase precarias cartas en el asunto de su vida. / Carlos D. Pérez. Tiempo de despertar.