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jueves, 6 de septiembre de 2007

Al lado del camino

Ebelina 88



Me gusta así, como las canciones. Que empiece fuerte.
O sobrenatural.
Que el eco del sonido suba.





Montaña rusa de madera, tarde de sábado. Brisa en los ojos. Hacia arriba, a ese punto sutil que junta, une, deshiela y funde.

          ® Mabel Bellante, 1995

jueves, 16 de agosto de 2007

Familia

Al terminar el libro no pude menos que comparar a mi familia de California con la familia de Esteban Trueba en mi primera novela, "La casa de los espíritus". ¡Esa sí que era tradicional! La mía es una pequeña tribu cuyos miembros -salvo excepciones- no tienen lazos de sangre, vienen de diferentes lugares del mundo y lo único que tienen en común es el deseo de permanecer juntos. Me siento como una matriarca en torno de cuyas faldas se reúne esta familia hechizada. Para mí, la familia es fundamental, porque en los caminos del exilio y de la vida perdí a la que tenía originalmente. Por eso he tratado de armar otra. En una familia la gente se ayuda, nadie se queda tirado, los niños crecen en el regazo de varias generaciones, los viejos no se mueren solos en un hospicio. Es cierto que todos queremos privacidad y es una lata hacerse cargo de los parientes. Pero la alternativa a la familia es la soledad y el desamparo. / Isabel Allende, sobre "La suma de los días".

sábado, 11 de agosto de 2007

Existencia

Hubo además otra cosa que resultó de mi enfermedad. Podría formularlo como una afirmación del ser: un sí incondicional a lo que es, sin objeciones personales. Aceptar las condiciones de la existencia, tal como yo la veo: tal como la entiendo. Y aceptar mi propia esencia, tal como soy concretamente. Al principio de la enfermedad tuve la sensación de haber incurrido en un error en mi actitud y por ello ser responsable, en cierta medida, del fracaso. Pero cuando se sigue el camino de la individuación, cuando se vive la vida, hay que aceptar también el error; de lo contrario la vida no sería completa. / Recuerdos, sueños, pensamientos. Carl Gustav Jung.

jueves, 2 de agosto de 2007

Juego 07

· y espero no estar presintiendo otro de esos dolores que dan justo en la emoción
· si, si, son maravillosos en algún punto

Juegos / MabelBE
      · [advertir el valor del adjetivo me hace creer que la suerte continúa]

jueves, 19 de julio de 2007

Ángel 04


Los que miran dicen cosas como -Demasiadas palabras, señoras y señores: los pies en la tierra, la mente adelante!
Con el daño ya hecho (desde hace tiempo vienen expirándose en su propia pureza), los que sienten preguntan: -¿Cómo explican los que dictaminan el final de una utopía, un corte brusco en la cura del karma, la longevidad de un sentimiento?
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Los celos y las voces me rodean, como lluvias ácidas, durante un tiempo demasiado largo, transmutándose por momentos en acordes de hierbas claras peligrando resecarse. Hasta que un día amanecido oscuro (o así me pareció) florece un pimpollo del pozo hondo, que me recuerda a la luna, coquetamente cursi en la lámina del estanque. Explosión de sutilezas.
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Todo este halo definitivo es lo que perdura, aquí, donde casi ninguna cosa ha cambiado desde entonces. Sólo una flor que crece lentamente, acercada hasta mis ojos, -porque hay que dejar de mirar el dolor, repiten dulcemente los que saben.
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Los grises apenas sirven de transición.
Al dolor no le gusta ser acariciado.
La sutileza es sólo para elegidos.
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MabelBe
Diálogos en la cornisa con un ángel